Un escenario ideal hecho realidad.


Cortesía de Grada Digital.

David De Pasquale (@Dave_51) - En la antesala del choque entre Caracas y Huachipato no era difícil imaginar un tramite muy parejo entre ambos. El Rojo había caído como local ante Fluminense, pero mostró señales de mejoría en su juego que permitían mantener esperanzas de conseguir puntos en su siguiente compromiso. Mientras que el elenco acerero venía de lograr un triunfo histórico en Brasil ante Gremio de Porto Alegre, mostrándose como un equipo muy compacto que sabía aprovechar muy bien sus oportunidades ante un grande de Sudamérica.

Unos chilenos llenos de confianza recibirían a unos venezolanos acostumbrados a triunfar en el país austral en el pasado reciente. Pensando en el escenario ideal, en un enfrentamiento parejo, los avileños contaban con una buena oportunidad de alzarse con la victoria.

Los primeros minutos del partido daban la impresión de que un vendaval arrollaría al Caracas FC. Apenas en el minuto 2, Braian Rodríguez pudo poner en ventaja a los locales, pero su gol fue invalidado por una posición adelantada (que en la repetición dio la impresión de no ser tal). Esta decisión arbitral sería clave en el eventual triunfo avileño, pues un gol tan tempranero habría resultado en un golpe animico del que sería muy difícil reponerse.

El funcionamiento general del Rojo se diferenció muy poco de lo hecho ante Fluminense. La idea de pasar de defensa a ataque en pocos toques y aprovechando la velocidad de los jugadores de punta, Cure y Febles, ya se había planteado la semana pasada. La diferencia estuvo en la reacción del rival.

Fluminense tardó pocos minutos en el inicio del encuentro anterior para acomodar su sistema defensivo en función de la propuesta de ataque directo del Rojo. En cambio, Huachipato salió muy abierto en búsqueda del gol, ofreciendo grandes espacios en el fondo y sin reparar en el vértigo que podía proponer el Caracas FC en sus ataques. Craso error.

Aspecto determinante fue la presencia desde el inicio de Ángelo Peña, quien tuvo un desempeño estelar en el partido. Fue el motor creativo del equipo, artífice de la asistencia a Dany Cure para el tanto que puso en ventaja al elenco capitalino antes el primer cuarto de hora, y autor de dos goles de camerino cerca del final de la primera mitad y al principio de la segunda.

Alain Baroja, que cada vez más hace olvidar a Renny Vega, tuvo gran protagonismo en algunos pasajes del encuentro, sobre todo después del 0-1 y en los últimos 20 minutos, con tapadas espectaculares y con gran dominio de su área, brindando tranquilidad a la zona defensiva.

La sociedad entre Otero y Jiménez, que ante Fluminense se comenzó a observar de manera positiva, ante los chilenos fue otra de las claves del triunfo. Edgar tuvo un gran partido, con la responsabilidad de sacar al equipo desde el fondo de la forma mas limpia posible y mostrando la jerarquía de bajar el ritmo cuando la situación lo requería, y Rómulo fue no menos destacado cubriendo incansablemente toda la extensión del medio campo funcionando como enlace entre el "exquisito" y la linea de ataque.

Pese a lo que el marcador final puede hacer parecer, Caracas no fue arrollador. Tuvo el merito de pegar fuerte y en los momentos indicados para hacer tambalear a un Huachipato mal planteado y que tuvo que corregir sus errores tácticos sobre la marcha. Fue el escenario ideal para un triunfo que se terminó concretando.

Aunque un triunfo como el del pasado miércoles da motivos para celebrar, hay que tomarlo con calma. Ya Caracas mostró a sus rivales lo que es capaz de hacer con sus armas, y será difícil que en los encuentros que restan en el grupo pueda gozar de las facilidades que le dio Huachipato en Talcahuano.

Lo mejor que deja la victoria en Chile es la inyección de confianza necesaria para mantener la linea ascendente que ha ido mostrando el equipo en sus últimos compromisos. Todavía queda camino por recorrer en la Copa.
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