David De Pasquale (@Dave_51) - Expectativas vs. Realidad, una lucha que está presente en todos los campos de la vida y de la cual el balompié no está exento. Algún comentarista (del cual no recuerdo su nombre) decía que "el día que inicia una temporada es el más feliz para los aficionados del fútbol, pues ahí todos creen que su equipo tiene chance de ser campeón".
Luego la ilusión va chocando con la realidad para casi todos, pues al final sólo uno puede ser campeón. Esa historia es la que ha ido acompañando a la afición del Caracas FC desde hace 3 años. Un equipo que los acostumbró a brindarle alegrías durante muchos años, en un corto tiempo ha abandonado la faceta de protagonista del campeonato para ubicarse en un rol de simple animador, generando expectativas que se estrellan constantemente con la realidad.
Como ya es historia conocida, en dicho periodo, la directiva del equipo encabezada por Phillip Valentiner ha ido trabajando en la misión de ser económicamente autosuficientes, es decir, reducir la dependencia de Laboratorios Vargas y financiarse a través del patrocinio de marcas comerciales y por la venta o cesiones de jugadores provenientes de las divisiones inferiores.
En el proceso dejó ir a varias de las figuras que marcaron la gloriosa década pasada y que tenían bien ganado su estatus de ídolos en el corazón de la afición. La consecuencia inmediata fue la pérdida de jerarquía. Si bien Caracas FC no ha dejado de ser capaz de pelear en los primeros puestos del torneo, perdió la condición de equipo temible que llevó consigo durante tantos años.
Ceferino Bencomo ha cumplido un rol primordial para la directiva, ha dado espacio y mayor protagonismo a los canteranos y ha mantenido al equipo peleando en los primeros puestos con una plantilla cuyo valor no está ni cerca de la de otros equipos como Mineros de Guayana, Deportivo Lara y Deportivo Táchira. Y aun más importante, en ojos de la gerencia, ha mantenido la participación constante del club en torneos internacionales, lo cual ha servido como vitrina para la venta de jugadores.
La realidad actual es que, para la directiva del Caracas FC, ganar campeonatos ha pasado a ser algo secundario. De ahí que no sea sorpresa la renovación de Ceferino Bencomo por una temporada más al mando del equipo aun cuando no haya obtenido ningún titulo (salvo el logrado por aquella plantilla heredada de Noel Sanvicente), pues ha cumplido con la labor asignada sin hacer demasiadas exigencias.
Todo lo anterior sería perfectamente comprensible por la afición si no fuese porque el propio Phillip Valentiner dijo meses atrás en rueda de prensa que su objetivo y el objetivo de todos en el equipo era ser campeón y que ya no había excusas para no lograrlo, dando a entender que esa era la última oportunidad que se le daba al DT, creando unas expectativas en la gente que al final no fueron cumplidas.
Por ello, es lógica la molestia generalizada en los seguidores del conjunto avileño por la ratificación del cuerpo técnico, pues queda la sensación de que se les engañó. No han sido pocos los que han expresado su desencanto con el equipo, incluso llegando a mencionar la posibilidad de no asistir más al estadio. En conclusión, se sintieron irrespetados.
Más allá de las discusiones que puedan haber acerca de los métodos, nadie que sea aficionado del equipo puede estar en desacuerdo con que se convierta en una institución autosuficiente y perdurable en el tiempo, pero quienes la dirigen deben ser sinceros con las cosas que prometen.
La afición lo que quiere es que haya coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.
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