Todos los que seguimos el Fútbol Nacional, tenemos un amigo, familiar, conocido, compañero de clases o trabajo, etc. que tiene la firme convicción de que nuestro Fútbol no sirve para nada. Ellos suelen referirse hacia nuestro futbol con desdén e insisten continuamente en hacer comparaciones odiosas con nuestra selección y vanagloriar fútbol y selecciones extranjeras. A este tipo de personas, se les ha bautizado como “Pastelero”.
Ahora, que estamos en tiempos del Mundial, este comportamiento se presenta mas acentuado; vemos a gente por la calle con camisetas de otras selecciones, carros con banderas que no son de nuestro país, y la constante pregunta: “¿y tu a quien le vas?”.
A uno, como doliente de nuestro futbol, que ha llorado las derrotas y celebrado las victorias; se le hace difícil no alterarse con estas cosas.
Pero, hay que pensar en frío y analizar la situación. ¿Por qué sucede esto?, ¿Es odio hacia lo propio, o es un caso grave de falta de identidad? Hay que tener en cuenta que muchos de estos “pasteleros”, no conocen nuestro futbol, no saben la pasión que genera apoyar un equipo que realmente representa tu gentilicio, tu ciudad, tu nación; nunca se han molestado a investigar un poco eso, y quizá no sea enteramente culpa suya.
Los medios suelen poner en primer plano al futbol de afuera. Los canales transmiten mas partidos de futbol español, italiano, ingles, o alemán que del futbol venezolano. Las noticias de
Y vamos a sincerarnos, ¿Cuántos de nosotros no se sintió representado por algún equipo foráneo antes de conocer al futbol nacional? El entorno de nuestra sociedad prácticamente nos empuja hacia esa tendencia, y luego buscamos excusas para justificarlas, “Es que mi abuelo era alemán”, “Yo tengo una tía viviendo en Italia”, “O sea, todos somos descendientes españoles de la conquista”.
La solución mas lógica para batallar contra esta actitud que hemos bautizado como “Pastelerismo”, no es dejarnos llevar por nuestro lado primitivo e insultarlos. Lo mas razonable es darles a conocer las bondades de ver ese hermoso deporte desde el estadio, de vivir la experiencia de apoyar a un equipo que te represente, experimentar el sin sabor de la derrota o las mieles de la victoria cerca de esos héroes que sudan la camiseta durante mas de 90 minutos. ¿O es que acaso a ti te atraen con ofensas?
Hay que tener paciencia, poco a poco la gente se identifica más con lo nuestro y a medida que vayamos poniendo nuestro granito de arena convenciendo a nuestro compañero “pastelero” seremos más. Y si ese compañero no quiere apoyar nuestro balompié, déjalo tranquilo, a fin de cuentas cada quien esta es su derecho de pensar como quiera.
“Vive y deja vivir"
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