Ellos son Jeffren Suarez y Fernando Amorebieta, dos jugadores nacidos en Venezuela, pero con crianza y formación futbolística en España. Ambos han estado, recientemente, en el ojo del huracán de la opinión del aficionado venezolano por la posibilidad de representar a nuestra selección nacional de futbol.
Gran parte de la polémica ha girado alrededor de Jeffren Suarez, jugador que cuenta con notoriedad, por formar parte de uno de los equipos de la elite mundial, el F.C. Barcelona. Tras un largo periodo de “dimes y diretes”, el jugador declaró que nunca representaría a la selección venezolana. Este, fuera de ser un hecho reprochable, es más bien algo entendible, ya que el jugador, mas allá de haber nacido aquí, no tiene ningún apego hacia estas tierras, toda su vida la ha hecho en España, juega con un club importante, que le puede servir de trampolín hacia la selección española. En definitiva, el no se siente venezolano. ¿Por qué exigirle o reprocharle que no desee vestir una casaca con la que no se siente identificado? El terminó de cerrar la puerta a la posibilidad, por lo cual este tema ya debería quedar en el olvido.
Sin embargo, el día de ayer, en un diario deportivo venezolano, el otro jugador en cuestión, Fernando Amorebieta, declaró su disposición, o más bien su “ilusión” por jugar en la selección venezolana. Obviamente, por el poco tiempo entre una noticia y otra, este jugador entro también en la polémica discusión entre aficionados, acerca de su verdadero interés por vestir la “vinotinto”.
Fernándo Amorebieta, es, tal como en el caso de Jeffren, nacido en Venezuela, pero criado en España, específicamente en el País Vasco. Actualmente titular indiscutible del Athletic Club de Bilbao, llegó a ser convocado por el D.T. de la selección española, Vicente Del Bosque, pero nunca llegó a jugar. Por nuevas disposiciones de FIFA, Amorebieta sigue siendo elegible por Venezuela, por no haber visto minutos con España, oficialmente el jugador aun no es “internacional”.
Ahora, la polémica con Amorebieta, viene de una visita que hace un par de años, hizo el actual D.T. venezolano, Cesar Farías, al espigado defensor en España, este declaro públicamente que deseaba jugar con la selección “Vinotinto”, sin embargo, pocos días después, en su portal oficial, expresó que su sueño era jugar con España. Está posición ambigua, se ha mantenido hasta la actualidad.
Esto ha sido interpretado por algunos aficionados, como una posición hipócrita del jugador. Mas allá de ello, se podría considerar que Amorebieta ha tratado de mantener todas las opciones abiertas, quizás, por la importancia que representa para su carrera, ser un jugador de selección nacional. Intuyendo que su oportunidad con España luce cada vez más lejana, renueva su disposición de vestirse de “Vinotinto”.
¿Se le debe cerrar a este jugador, las puertas de la selección Venezolana, debido a su “ambigüedad”? De ninguna manera.
Fuera de consideraciones nacionalistas que podamos tener, y con toda razón. No deja de ser cierto que un jugador como Fernando Amorebieta puede ser importante para nuestra selección, por sus características como central zurdo, y su recorrido en una liga elite, como la española. Es cierto que tenemos jugadores que pueden cubrir esa posición, pero, en este momento no contamos con un central como él.
Algunos podrían decir que el jugador no tiene ningún apego por nuestro país, y que jamás sentirá la “Vinotinto” como un venezolano. Puede ser, pero si él está demostrando interés por jugar con nuestra selección nacional, a diferencia de Jeffren Suarez, ¿por qué negarle esa posibilidad? Muchos son los casos de jugadores que representan a selecciones de países donde no hicieron vida, y la han defendido con el mismo fervor que los jugadores del patio. Esos son sentimientos que se adquieren tarde o temprano. Pero un jugador profesional va a dar el 100% donde sea que juegue.
La FVF y Cesar Farías, deberían poner pronto, “manos a la obra”, para hacer realidad la convocatoria de Amorebieta, y que este venga a pelear el puesto, como cualquier otro jugador. Nosotros como aficionados, debemos encargarnos de exigirle, de hacerle sentir la gran importancia que tiene para todos, la selección de Venezuela, y que entienda el tamaño del compromiso que va a asumir.
Si al final del camino, el termina siendo un factor importante en la anhelada clasificación de Venezuela al mundial Brasil 2014, pocos recordaremos su ambigüedad e indecisión de vestir la “Vinotinto”.
David De Pasquale.
ddepasquale@laredavilena.com
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